El Castillo de Nagoya.

Olvidé poner la imagen de uno de los castillos a los que hacía referencia en la entrada sobre Kagemusha. Pues bien, he elegido el Castillo de Nagoya por ser uno de los más bellos de los que se conservan, aunque lo que se observa actualmente es una reconstrucción posterior a la II Guerra Mundial.
Este castillo fue construido en el período Edo sobre los cimientos de una fortificación anterior, concretamente en el año 1612, por orden de Tokugawa Ieyasu y con el tiempo convirtió en el cuartel general de su clan. En los trabajos intervinieron generales de la región, de manera que según el compromiso de cada uno de ellos con el trabajo, Ieyasu podía saber la lealtad que le tenían los otros jefes militares.

Los muros defensivos de piedra contienen grandes rocas con superficie alisada y colocadas cuidadosamente. Una de las características centrales de los castillos japoneses es la torre principal o tenshukaku y el Castillo de Nagoya cuenta con dos, una con cinco pisos y la otra con dos; se encuentran situadas una frente a la otra de manera que cualquiera que intentara entrar en la torre mayor tenía que pasar a través de la pequeña y después atravesar un corredor fortificado...esto dificultaba la invasión de cualquier enemigo.
El tejado de la torre más alta está decorado con dos kinshachi dorados; se trata de la representación de criaturas míticas con cabeza de dragón y cuerpo de pez, utilizadas en aquella época como amuletos contra los incendios y como símbolos de la autoridad del señor feudal.