Fue un tal Lance Mountain el que en los años 70 desarrolló las primeras mini tablas como un pasatiempo (a quién no le atrae el mundo de las miniaturas...) e incluso publicó guías sobre cómo hacerlas en la revista Skateboarder Magazine en los 80; después pasaron a ser juguetes coleccionables (yo tengo un llavero con una de ellas) y hoy existen hasta marcas de pretigio como Berlinwood, Blackriver Ramps, Prete, Homewood, Frost o Flatface que fabrican fingerboards de calidad. Todos los años se celebra el Fast Fingers que sería algo así como el campeonato del mundo.
Si os fijáis en los vídeos, los complementos también pueden llegar a ser muy elaborados y los hay caseros y comprados en tiendas especializadas; los escenarios en miniatura donde practican reciben el nombre de fingerpark.
Vais a alucinar con la naturaleza humana (y con lo que se puede hacer con dos deditos):
Anuncio comercial en el que se usa el fingerboarding.
Un tutorial (en inglés).
Un cortometraje.
En plan casero.
Parodia del anuncio del Seat Ibiza.