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sábado, 8 de noviembre de 2008

La Guerra de los Mundos en Quito.

(Cartel de la película de Spielberg)

Seguro que muchos habréis visto la película "La guerra de los mundos", protagonizada por Tom Cruise y dirigida por Steven Spielberg, una secuela moderna, más o menos oportuna según quien la juzgue, de una película homónima producida en 1952 y dirigida por Byron Haskin; ésta última supo aterrorizarnos y hacernos imaginar una invasión marciana a unos pocos que ya tenemos cierta edad.


(Carteles de la película de 1952)

Ambas películas están basadas en la novela de ciencia-ficción de H.G.Wells "La guerra de los mundos", escrita nada más y nada menos que en 1898, y en la que se describe de una forma muy real la invasión de Inglaterra por parte de una raza extraterrestre, superior y colonizadora, proveniente del planeta Marte. Wells no sólo se imaginó con todo lujo de detalles la secuencia de los sucesos del ataque alienígena, sino que visionó lo que podría ser en futuro ambiental de la Tierra; en efecto, los alienígenas deben de abandonar Marte porque, a pesar de su avanzada tecnología y civilización, no han sabido respetar los recursos naturales de su planeta y se han puesto, ellos mismos, al borde de la extinción...y entonces ¿qué hacen? ¿arreglan su planeta? Pues no, se trasladan a la Tierra para masacrar a los humanos y esquilmar sus recursos naturales. Esta es la ficción pues la realidad es justamente la contraria: los humanos estamos destrozando La Tierra y ya tenemos puestos los ojos en Marte y otros planetas con vista a posibles fuentes de recursos.

(Ilustración de una de las armas de destrucción alienígena)

Pero sigamos con la entrada que aún no ha acabado: en 1938 un desconocido Orson Welles adapta la novela para emitirla como serial radiofónico en las emisoras de la CBS y para ello utiliza los trucos de simular un boletín de noticias y de añadir numerosos efectos sonoros, lo que hace que la apariencia de realidad de lo emitido sea total; además Welles había situado la acción en Nueva Jersey, estado donde se supone que había empezado el ataque de los marcianos, y Nueva York.


(Orson Welles en 1937)

Eran años donde los supuestos canales artificiales en Marte rondaban en las mentes de muchos norteamericanos, y donde la tensión de la política mundial y los problemas en Europa planeaban ya sobre los EEUU, por lo que este clima ayudó a que el número de crédulos entre los oyentes fuera aún mayor. En las calles de Nueva York se vivieron escenas de verdadero pánico y las autopistas de Jersey se colapsaron de coches repletos de vecinos en pijama que huían de la invasión; las comisarías, servicios telefónicos y de emergencia quedaron colapsados y el este del país vivió el pánico de creerse invadido durante unos cuarenta minutos de infarto.
Orson Welles tuvo que pedir disculpas públicamente a los radioyentes por la broma pero a cambio se hizo famoso y algún tiempo después, y a través de su cine, entraría en la historia.

Ésta no fue la única vez que se representó radiofónicamente la obra de H.G. Wells. En 1949, Radio Quito, una emisora ecuatoriana de prestigio que llevaba 9 años funcionando y que estaba muy bien considerada por sus programas de noticias, decidió hacer una versión adaptada de "La guerra de los mundos". La mayoría de los habitantes de Quito no conocían esta novela y además durante los días anteriores a la emisión en la presa local no faltaron noticias sobre supuestos avistamientos de platillos volantes en las zonas montañosas del norte.



La noche de la emisión estaban actuando en directo unos populares cantantes que aparentaron no saber nada de lo que se había preparado; de repente, en medio de una canción, un locutor los interumpe para para informar del avistamiento de un platillo volante sobre las Islas Galápagos, tras lo cual, los sorprendidos cantantes continuaron con su actuación; pero tras un par de canciones el locutor los vuelva a interrumpir, y esta vez para informar de que una nave marciana había descendido en el barrio de Cotocollao, a las afueras de Quito.
Hablando con voces distorsionadas, los supuestos locutores de informativos seguían dando noticias sobre las andanzas de los extraterrestres por los barrios quiteños y los oyentes podían incluso escuchar cómo se impartían órdenes a destacamentos ficticios del ejército para que atacaran a los invasores. Para dar más veracidad a la obra se simulaban interconexiones con otras emisoras como "Radio Continental" de Ambato, "Radio La Voz de Tomebamba" de Cuenca, "Radio Cenit" de Guayaquil y otras más, en las que se advertía del peligro que suponía el ataque para Ecuador.

Pero la obra no terminó de radiarse porque una muchedumbre encolerizada empezó a atacar el edificio, sito en la calle Chile, que albergaba las instalaciones de la emisora de radio y de los periódicos "El Comercio" y "El Observatorio"; la policía, que había sido alertada por los oyentes que se creyeron la invasión, había salido a investigar pero al no encontrar ningún marciano y comprobar que se trataba de una ficción se quedó sin hacer nada, dejando a la masa de gente descargar su ira contra la emisora de radio. En el edifico de la emisora habían cerrado las puertas para evitar que el público enfurecido entrara en las instalaciones; pero el lugar acabó siendo incendiado sin que nadie, ni siquiera la inhibida policía, se molestase en ayudar a los actores, periodistas y trabajadores de los tres medios informativos que albergaba el edificio. Muchos, además de escapar del fuego tuvieron que escapar de ser linchados; para cuando los bomberos actuaron ya todo había sido pasto de las llamas.

Los daños económicos causados por el fuego ascendieron hasta un valor de 8 millones de sucres, hubo varias decenas de heridos y seis personas perecieron, cinco de ellas en el incendio.

Una curiosodad: en 1944 se había hecho algo similar en Chile y el programa fue un éxito, entre otras cosas porque se informó suficientemente a los radioyentes de que era una dramatización...aún así, un Gobernador chileno telegrafió al Ministerio de Guerra para avisar de que había puesto en pie de guerra a la tropa para oponerse a los invasores marcianos.

Recordad la siguiente frase cuando escuchéis que vuestra ciudad está siendo invadida por marcianos:

"Les habla Orson Welles fuera de personaje para asegurarles que La guerra de los mundos no fue más que un obsequio de noche de brujas... Ya pueden quitarle los cerrojos a puertas y ventanas... Sentirán un alivio al saber que no fue en serio. Si alguien toca la puerta, abren y no hay nadie, no fue un marciano. Es noche de brujas...".



(B.S.O. de la película dirigida por Byron Haskin)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ñeh, pero esos marcianos no imponen, la verdad.

Anónimo dijo...

he visto las dos... y ciertamente fue un acontecimiento... y a la vez deja claro que la palabra bien contada...¡engaña!

saludos

Anónimo dijo...

Me gustaron las dos versiones de la película. Me quedo con la antigua aunque la nueva me llegó a angustiar bastante más.
Por cierto no tenía ni idea de lo de Ecuador. Hay que avisar las cosas....si no te pueden quemar el chiringo ;)

Un saludo.